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MÓNICA SILVA CONTRERAS

Notas desinformativas de lo ocurrido en Estambul

Como muchos de quienes trabajamos para la conservación del patrimonio arquitectónico del siglo XX, estos últimos días hemos tratado de seguir las noticias acerca de las nuevas inscripciones en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO durante este fin de semana, en medio de la situación política en Estambul. Una revisión a los medios de comunicación en formato electrónico sorprende por las confusiones que demuestran quienes escriben acerca de los bienes – naturales y culturales – incluidos en la famosa Lista: La nota de La Nación (Argentina, a las 11.00, La Unesco incluyó a 17 obras del arquitecto Le Corbusier en lista de patrimonio mundial) indica que 17 obras de Le Corbusier “se convirtieron en patrimonio mundial de la Unesco”. La redacción es confusa y ojalá sea sólo la redacción, pues no se trata de “patrimonio mundial de la UNESCO”, sino de la inscripción de esas obras – bien seriado transnacional – en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. Es decir: la lista es de la Unesco, pero el patrimonio es mundial, es del mundo. La redacción de otra nota, la de Telesur ayer 16 de julio (sin hora, Unesco suspende reunión anual tras intento de golpe en Turquía) contiene un disparate: “se tenía previsto que la representante de la Unesco en México Nuria Sanz, decidiera incluir el archipiélago de Revillagigedo, en la costa del pacífico mexicano en la lista de lugares naturales Patrimonio de la Humanidad”. Efectivamente, Nuria Sanz es la representante de la Unesco en México, pero – de ninguna manera – podría ser ella quien decidiera incluir ninguno de los bienes propuestos a la Lista de Patrimonio Mundial. La inscripción se produce en la Asamblea General, a partir de expedientes presentados con meses de anticipación, pero la redacción remite semejante responsabilidad a las decisiones de una persona en el lugar de la reunión. El premio mayor a la desinformación lo lleva la nota de Anatxu Zubalbeascoa, publicada en El País a las 12:47 de hoy. El título es ya bastante discutible: “La Unesco consagra a Le Corbusier”, dado que el arquitecto franco-suizo no ha sido “consagrado” por la inclusión de sus obras en la Lista de Patrimonio Mundial. La inscripción contribuirá – es lo que se espera para todos los bienes inscritos en la lista consagrada (esa sí, la lista) en la Convención de Patrimonio Mundial de 1972 - a la conservación de los bienes inscritos. La señora Zubalbeascoa confunde a todo lector con deseo de conocer acerca de las nuevas inscripciones: 1. Como ya se ha expuesto, Le Corbusier no es ni más ni menos importante para la historia de la arquitectura por la inscripción de 17 obras en la Lista de Patrimonio Mundial, su trascendencia es indiscutible; 2. No es cierto que “sólo se sopesara un par de trabajos” de Frank Lloyd Wright para su inscripción en la Lista, el expediente incluye diez obras del arquitecto norteamericano. Eso no hace más o menos importante a Wright en la historia de la arquitectura, porque no es una competencia por número de obras y porque su trascendencia, como la de Le Corbusier, es indiscutible. La inscripción de algunas de sus obras más representativas sería también un mecanismo para la conservación de las mismas y no la consagración a un creador con lugar más que ganado en la cultura occidental (por cierto, la recomendación de los cuerpos asesores de la Unesco – en este caso el ICOMOS internacional – indicaban su diferimiento, tal como lo indicaban los documentos de trabajo publicados desde hace más de un mes en el sitio oficial 40th Session of the World Heritage Committee 10-20 July 2016 - Istanbul, Turkey); 3. Para información de Zubalbeascoa, el conjunto de Pampulha, obra del arquitecto Oscar Niemeyer, junto al paisajista Roberto Burle Marx, al ingeniero y poeta Joaquim Cardoso, y al pintor Candido Portinari, incluye 5 edificios y el lago en que se implantan (si lo que preocupa es el número de edificios) y Niemeyer es uno de los proyectistas de Brasilia, que está en la Lista desde 1987 (World Heritage List); 4. Lo anterior viene a cuento debido a la afirmación “…y que del brasileño Oscar Niemeyer se contemplara sólo Pampulha, da cuenta del valor pionero que la Unesco atribuye a Le Corbusier”. Como ya se ha dicho, no se trata de un “sólo Pampulha”, destacado conjunto paisajístico y arquitectónico que no se merece semejante tratamiento despectivo, sino de otro de las desinformaciones de la autora de la nota, quien desconoce que no es la Unesco la institución que prepara los expedientes, con más o menos obras, sino que las propuestas llegan desde los estados integrantes del sistema de Naciones Unidas. Que sean 17 las obras que Argentina, Bélgica, Francia, Alemania, India, Japón y Suiza, en conjunto inscriben de Le Corbusier, no es indicativo de ningún juicio de valor por parte de la Unesco al arquitecto por encima de sus colegas modernos brasileros. Dos versiones más claras acerca de lo ocurrido con respecto al patrimonio del siglo XX en la reunión de Estambul son las notas de AFP publicadas por La Jornada (Conjunto arquitectónico de Pampulha en lista de Patrimonio Mundial) y la nota publicada desde Salta La obra de Le Corbusier inscrita en la lista de patrimonio mundial de la Unesco, por Iruya.com. Las notas en versión electrónica podrían ser corregidas, así que tal vez en un futuro próximo la entrada a éstas nos permita leer informaciones más exactas. Ojalá así sea, pues los lectores no merecen tantas inexactitudes y desinformación. Algunos redactores de estas podrían estudiar un poquito antes de escribir, y los medios deberían ser más cuidadosos, como para que contribuyan realmente a la difusión del patrimonio del siglo XX y – como finalmente deseamos – a su conservación.

Ville Savoye, Le Corbusier. Poissy, 1928-1931 (foto MSC 2012)

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